El ser humano es un misterio aún por resolver.
Conforme evoluciona la tecnología, cada vez los avances médicos, farmacológicos, entre otros, son más asertivos en detectar y profundizar en los componentes de la anatomía humana.
En el argot médico, el término “cazar cebras”, se refiere a diagnósticos poco habituales y a enfermedades poco habituales. En el acervo cultural, sabemos que “dos cabezas piensan más que una”, por lo tanto, imagina una red de colaboración internacional que reúne todas sus experiencias y conocimientos científicos para evaluar un caso médico en específico y proponer un posible diagnóstico. La caza de cebras se vuelve interesante.
Lisa Sanders, médico interno general y columnista en The New York Times, utiliza una de las grandes ventajas que trajo consigo la globalización y el uso de Internet: la narrativa transmedia. Sigilosamente, con la ayuda de una computadora portátil y una potente plataforma de información como lo es The New York Times, esta doctora se ha dedicado, desde 2002, a contar la historia detrás de varios padecimientos desconocidos en su columna “Diagnosis”, con la intención de que en algún lugar del mundo, un científico o, en específico, un médico comparta su conocimiento y aporte un posible diagnóstico.
Años más tarde, Netflix, adaptó a manera de serie documental (Diagnosis), ocho episodios centrados en ocho pacientes, yendo aún más cerca al padecimiento para generar empatía e interés en la audiencia internacional. ¿Qué sucede con la responsabilidad social que tiene en sus manos Sanders? Es sencillo de explicar; desde el comienzo, hace un primer acercamiento con el paciente (quien en realidad no es su paciente) y le explica las intenciones de publicar su historia, con el interés de aproximar su padecimiento a otros científicos para detectar un posible diagnóstico, recalcando la importancia del tratamiento médico (físico) sin excepción.
Este fenómeno propagado por el uso de las TIC, se ha apropiado de los diversos canales de comunicación que existen en la actualidad. Diagnosis, cumple con tres elementos indispensables en la narrativa transmedia: la construcción de historias especialmente producidas para expandirse, la difusión a través de diferentes medios y plataformas, y el logro de las audiencias para que se conecten y ayuden a reproducir y reconstruir los mundos.
El arte del diagnóstico, es decir, la suma de la observación más la deducción en combinación con el intelecto y, en esta ocasión, la ayuda de las plataformas digitales van más allá de una simple sombra irreconocible, iluminando los horizontes de lo desconocido.
