top of page

El miedo detrás del networking

Lejos del CV ideal, tu talento, intereses y actitud es lo que verdaderamente asombra.

La gente no está esperando que la impresiones. Crear conexiones (networking) va más allá de una acartonada presentación.


La rutina ya la conoces: los nervios al presentarse, apretón de manos, cordialidad... sin embargo, realmente ¿qué es lo que hace que conectes con otros?

Adam Grant, psicólogo organizacional, después de años de estudiar la dinámica en los lugares de trabajo y cómo ésta implica en el éxito personal y profesional, recomienda en su podcast WorkLife with Adam Grant, aspectos clave para mejorar la manera en la que creas conexiones profesionales.


1. No necesitas comenzar a crear tu lista de contactos, mejor comienza construyendo tus habilidades.

La experiencia lo es todo. Dominar tu oficio te ayuda a construir conexiones; conectar con otros con base en compartir conocimientos se vuelve una acción recíproca, tu aprendes y él/ella/ellos aprenden de ti.


2. A quien conozcas mañana dependerá (en parte) de lo que sabes hoy.

Recuerda, en la mayoría de las ocasiones se vuelve una transacción, es inmediata. El aprendizaje se vuelve mutuo. En lugar de cuestionar qué es lo que hacen, para quién trabajan o con quiénes trabajan, pregunta sobre un problema que necesite una solución, de manera que te enfoques en lo que puedes aportar.


3. Be a giver, not a taken.

Adam, en su libro Give & Take (2013), identifica tres tipos de personalidades en las oficinas: los Givers, aquellos que se cuestionan ¿Qué puedo hacer por ti? Los Takers, aquellos que se cuestionan ¿Qué puedes hacer por mí? Y, por último, los Matches, aquellos que se mantienen en la "zona ideal" (por no decir tibios) de dando y dando (todo a cambio).


¿Notas la diferencia? Mientras los givers muestran su disposición de ayudar, los takers toman ventaja de algunas acciones, de manera que la gente puede sentirse utilizada con un fin intencional. A nadie le gusta eso.


Cuando eres giver, marcas una gran diferencia entre pedir ayuda y pedir un consejo. Cuando pides un consejo se vuelve más específico, hace que la gente se sienta importante y, cuando aconsejas, te vuelves más listo.


Ojo, el consejo necesita ser auténtico, de otra forma es una simple frase.


4. No temas al rechazo

Odias buscar conexiones por ti misma/o, ya que tienes miedo de ser "quemada" frente a los demás. Sin embargo, esta forma de pedir un consejo, te permite aprender más sobre lo que ellos hacen y de qué manera tu puedes mejorarlo.


5. Reconecta

Para volver a hablar con alguien a quien ya no frecuentas, basta con recordar qué hacía especial la interacción entre ustedes, evocando a la memoria aquello que tanto valoraban.


Cuando te conectas con otros con un propósito en mente suceden tres cosas: aprender uno del otro, ayudar uno al otro o lograr algo juntos.


Recuerda que para hacer networking queremos provocar un impacto genuino.

bottom of page